domingo, 18 de noviembre de 2012

Pinturas


El sábado madrugamos los 8 (incluyendo a Nayra) para ir al centro cultural, que es un lugar donde hay una gran cantidad de tiendas en las que los turistas suelen comprar objetos típicos de la zona, como maderas, pinturas…  cogimos un par de taxis que nos dejaron directamente allí. Entramos en todas o casi todas las tiendas. Mientras que estábamos en una de ellas, dedicada a hacer estampaciones de símbolos ashante y demás, Rubén y yo decidimos adelantarnos al grupo e irnos a ver la tienda contigua. Según fuimos a entrar en ella, vi un cuadro que me enamoró. 



En él está dibujado un guerrero ashante con infinidad de colores. A Rubén le pasó lo mismo con otro cuadro de la misma tienda (más que una tienda, era un estudio en el que el autor pintaba y vendía sus cuadros). Estuvimos un rato hasta que le conseguimos rebajar lo máximos posible el precio. Cuando los compramos, lo primero que pensé fue en el tamaño, no sabía a ciencia cierta si me iba a caber en la maleta (y efectivamente, no me cabe, así que lo tendré que llevar encima durante el vuelo de vuelta). A parte de el cuadro enorme, compré otros 3 más pequeños. Pasamos allí toda la mañana. Cuando se acercaba la hora de marchar, el hermano John fue a recoger a Patri y a Ana para ir a un funeral. 


Nosotros volvimos a casa a comer. La vuelta fue mucho más corta que la ida ya que el conductor que encontramos era realmente bueno, a parte de rápido. Después de comer, estuvimos descansando y como a eso de las 18:30 Rubén y yo, fuimos a tomar algo para hacer tiempo para ir a cenar (a las Palmas). Al poco rato de estar allí, el hermano Jose Antonio llegó con el coche y nos montamos atrás al aire libre. Fuimos todos excepto Nayra.

Cuando llegamos allí, vimos de nuevo a un montón de gente en torno a un televisor viendo el partido del Madrid.



Después de cenar volvimos a casa y vimos un par de capítulos de cómo conocí a vuestra madre y nos fuimos a dormir.



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