sábado, 13 de octubre de 2012

¡¡Fútbol africano!!


¡Ayer fue un día genial! Fuimos por la mañana a Sabin Akofrom, donde viven Patri y Ana. Estuvimos allí porque nuestro colegio y el suyo (ambos son maristas), tenían una especie de torneo de fútbol (11 contra 11). Jugaban primero los niños de primaria, luego los de secundaria y por último los profes. La verdad es que fue una experiencia genial (aunque durante el viaje de ida hubo momentos en los que pensé que el autobús volcaba y temí por mi integridad) y comentábamos Patri y yo que no nos podíamos creer la situación. Nos recordaba mucho a los típicos documentales en los que salen los niños negritos en África jugando al fútbol, y… ¡Nosotros estábamos allí! Increíble. Las gradas llenas de niños tocando los tambores y cantando. Era bastante impresionante cada vez que marcaban un gol, ya que todos los niños que estaban en la grada, se lanzaban al campo a celebrarlo y dar volteretas. En lo que respecta al resultado, nos dieron una auténtica paliza en todos los partidos. Nosotros perdimos 2-0, y nos quemamos brazos, piernas, cara… TODO!! El calor era tremendo y el sol asfixiante. Yo creo que no me he deshidratado tanto en mi vida. La gente de la zona se asombró al ver el cambio de blanco a rojo que sufrió nuestra piel  después del partido. Nos dio mucha pena el tener que dejar allí a Patri y Ana para volver a nuestra casa.



Por la tarde intentamos descansar un rato, y justo cuando estábamos ya medio dormidos llegaron las otras dos chicas, Ali y Anita, por lo que no hubo siesta. Nos estuvieron comentando toda su situación, y la verdad es que empieza a ser bastante preocupante, porque están muy asustadas con la circunstancia en la que están. Decidimos llevarlas a tomar unas salchichas picantes a la terracita de siempre para que intentaran desconectar (no surtió efecto). Nayra marchó a Accra donde tenía una especie de “fiesta” en la embajada, por lo que sólo quedamos con Rapture y Augustín. Estos dos chicos la verdad es que están intentando ayudar a las chicas en todo lo posible y ayer cuando les contaron el panorama, se preocuparon bastante. Viendo que la situación era insostenible, y que las chicas estaban bastante asustadas por volver a dormir solas en su casa, nos pidieron que fuéramos alguno a dormir a su casa para que se sintieran más seguras y fui yo.



Pedimos permiso al hermano Augustin, y me fui con ellas en un taxi. Al llegar y ver el sitio en el que están, la verdad es que no me dio mucha confianza, ya que es un recinto en el que hay varios edificios y pasa un montón de gente al día, gente completamente ajena a su casa. Por no decir que simplemente para comer tienen que cambiar de edificio. El dormir allí ha sido bastante estresante, ya que cada hora había un ruido nuevo… gallos, rezos musulmanes, rezos católicos, coches… ¡¡Horrible!!. Pero bueno, tras ver todo aquello, intentaremos ponerle solución lo antes posible, ya que las chicas lo están pasando fatal.


Ahora mismo estamos todos juntos en nuestra casa para pasar el día juntos. Comeremos aquí todos y luego iremos a tomar algo por ahí. Seguro que hoy también será un gran día.

jueves, 11 de octubre de 2012

¡Con Internet!


Tengo que decir que llevamos dos días sin Internet porque algún gracioso cortó el cable del teléfono. La verdad es que ya estoy bastante mejor con respecto a mi anterior entrada. El mismo día que la escribí  (martes) fuimos los cuatro (Rubén, César, Nayra y yo) a tomar algo en un bar que está cerca de la casa. Allí nos encontramos con Rapture y Augustín, (dos amigos de Nayra que viven aquí) y yo desconecté bastante de todos los malos pensamientos que había tenido hasta el momento. Tomamos una cerveza y salchichas súper picantes (deliciosas). Estuvimos riendo sin parar, comentando todo tipo de cosas, desde la vida en Ghana hasta la final de la supercopa europea (Rapture es del Chelsea y le di un poco de caña). Me animó muchísimo salir de la casa y moverme por la zona (los hermanos se portan de manera extraordinaria con nosotros, no tenemos queja ninguna, y están para cualquier problema que tengamos, pero necesitaba salir “a la realidad”).
Nuestra casa
A la mañana siguiente fui con las pilas cargadas a clase, intentándolo ver todo desde otro punto de vista. La verdad es que me fue bastante bien, y entablé conversación con mi tutor Hans (los ghaneses no suelen hablar de primeras, sino que esperan a que les des conversación). Le pregunté sobre los “topics” de la próxima semana para poder preparármelos y ser el encargado de ayudarle a desarrollar sus clases, e intentar motivar a los niños/con una metodología más dinámica. Cual fue mi sorpresa, cuando al volver a clase tras el primer recreo, se acercaron los alumnos con una hoja de periódico en la mano en español. Me preguntaron que qué significaban ciertas palabras, como amor, corazón… fue bastante gracioso y los alumnos se rieron mucho. Fue un momento de interacción con ellos que disfruté mucho. Rubén me comentó que su tutor (Rapture) le había dicho que le gustaría que hiciéramos unos murales sobre ciertos temas del libro. Por lo que fuimos a ver al hermano Augustin (que no tiene nada que ver con el chico que nos acompañó la tarde anterior a la terraza), que es el director, a pedirle unas cartulinas o “Manila Cards”, que es como las llaman aquí, para cuando acabásemos las clases, ponernos a ello.


Tras caer una tormenta torrencial de esas que caen aquí, salimos a dar una vuelta con Rapture y Augustín, y a comer de nuevo salchichas picantes. Tengo que decir que estas salidas nos hacen conocer el entorno y a parte disfrutar un montón de la compañía. Tras sudar y volver a sudar con las especias hiper-picantes que llevan las salchichas, volvimos a casa para cenar y cantarle a Joseph (novicio que cumplía 22 años, motivo por el cual pudimos probar el Bancú, que no se muy bien como se escribe) el cumpleaños feliz en 4 o 5 idiomas diferentes. Aquí los cumpleaños no son tan especiales como pueden ser en España. Por la noche, cuando nos quedamos solos, ya que los hermanos se meten pronto en las habitaciones (8:30 o 9:00), estuvimos viendo la película de distrito 9 en el salón.








Esta mañana en clase ha sido bastante tranquila. Por cierto se me ha olvidado comentar que tanto ayer como hoy, los niños, al hacer la formación por la mañana, tenían banda sonora, ya que sus propios compañeros amenizaban el rezo mediante un bombo, cajas… tras la oración han estado 40 minutos rezando en la iglesia del colegio (todos los jueves lo hacen).  



Me gustaría aclarar cierto punto de la entrada anterior, y es que tras leerla, Nayra me ha comentado ciertos aspectos que desconocía acerca de la cultura ghanesa. Dije que el ser blanco era un inconveniente para integrarse en la cultura… pues bien, según lo que me ha dicho, en este país la presencia de blancos a lo largo de los años, ha sido en su gran mayoría para aprovecharse de los nativos de la zona (claro está, que la gente como nosotros que viene a ayudar como voluntarios, cooperantes, trabajadores, etc. no entran dentro de este grupo), y por lo tanto, en un primer momento no se fían mucho de nosotros.

Para acabar quiero comentar que ahora mismo estoy en el aula de ordenadores de la casa de los hermanos y estoy bastante preocupado. Porque ayer se pusieron en contacto con nosotros dos de las niñas que forman este viaje (las hecho mucho de menos a todas), Ali y Anita, para contarnos ciertas experiencias que están teniendo en su casa y colegio que no son nada agradables y por las cuales están preocupadas y un poco asustadas. Se ha ido Nayra a buscarlas para que vengan a disfrutar la tarde con nosotros y nos cuenten todo. Espero que cuando vuelvan hoy a su casa, vuelvan con una sonrisa de oreja a oreja.

martes, 9 de octubre de 2012

Momentos duros


Ayer noche fuimos Nayra y yo a cenar con unos amigos españoles los cuales llevan en Ghana un mes. Nos recogió su conductor de confianza y el traductor del mismo, que a parte, también era de confianza. La verdad es que llevo muy poco tiempo, pero tengo que decir que anoche me sentí como en casa. Fuimos recibidos con una gran alegría, risas y una cena extraordinaria. Yo les estuve comentando las experiencias y sensaciones que me da este continente durante el día que llevo aquí. Todo fueron sonrisas y alegría. Tras cenar, estuvimos de sobremesa y posteriormente pidieron un taxi que nos llevó directamente a la casa de los hermanos, ya que era bastante tarde cuando acabamos. Fue una buena experiencia, en el camino de ida y de vuelta, tuve la suerte de conocer Kumasi de noche y pude hablar con Nayra sobre las sensaciones que estoy teniendo. Y la verdad es que para mi sorpresa todo esto me resulta increíble y creo que soy un afortunado al poder vivir esta gran experiencia.

De esas mismas sensaciones me gustaría hablar hoy en esta entrada. Estoy un poco de bajón, ya que todo lo que estaba disfrutando se ha venido un poco abajo. Este momento tenía que llegar, y mejor que sea al principio que no dentro de unas semanas. Creo que este continente tiene muchísimas sorpresas preparadas todavía para nosotros, pero aun así no puedo dejar de sentirme un poco raro. Todo esto es nuevo para mí, nunca había vivido nada parecido y creo que en ocasiones me llega a superar. Intento escudarme en mis compañeros y en Nayra, que la verdad es que es un encanto y se está volcando para que todo esto nos resulte lo más agradable posible. Me está costando acostumbrarme a esta tierra y a esta gente. La forma de pensar es muy diferente, y el ser blanco supone más un obstáculo para integrarse en la cultura, que una ventaja. Y es que es imposible no destacar. Es en estos momentos en los que te das cuenta de lo mal que lo llegan a pasar los inmigrantes que hay en nuestro país, cuando se cruzan por la calle con un personaje que únicamente por ser  de otro color de piel, se cree en el derecho de demostrar lo superior que es a través de insultos racistas o faltas de respeto. Me siento un poco así, observado continuamente a cada paso que doy por la ciudad. Algunos ya ni se molestan en llamarnos Obroni (que no tiene un sentido despectivo) sino que simplemente sacan la cabeza por la ventanilla y gritan “White”, frase que cada vez que la escuchamos nos empezamos a reír, por lo directa que es.

Bueno, espero que cada día me vaya adaptando mejor y aceptando las costumbres sin tener que girar la cara para no ver cosas o actos que España son impensables.

lunes, 8 de octubre de 2012

Primer día de clase

Desperté a eso de las 6:30 de la mañana. Me di una ducha rápida (ya que aunque te levantes sudando, una ducha de agua fría recién levantado no es demasiado agradable) y me dirigí al comedor donde Rubén y César estaban desayunando junto a Nayra. Tras tomarme el café con leche evaporada (que es la que se usa aquí) y con una tostada, nos fuimos al colegio a comenzar el día y a ver a los niños.


Según llegamos sobre las 7:30, estaban ya todos en formación, los de primaria juntos y los de secundaria a parte. Estuvimos presentes durante la oración que realizan.Tras concluirla, el hermano Augustine (director del centro) nos presentó a los alumnos, que no nos quitaban ojo de encima. Como consecuencia de que nuestros compañeros de clase estuvieron aquí el año pasado, los niños conocen ciertas palabras como: hola, qué tal?, adiós…



Una vez concluidas las presentaciones,  se nos asignó a cada uno un profesor con el que compartiremos las clases durante nuestra estancia en Ghana. Mi tutor se llama Hans y es profesor de “Science” y “English” en 6º curso de primaria. Esta primera semana nuestro único trabajo consiste en observar el trabajo de nuestros tutores y aprender la metodología que se utiliza aquí. Las próximas semanas tendremos la oportunidad de dar nuestras propias clases. La verdad es que estoy bastante contento con el tutor, ya que se dedica a dar su clase y cuando acaba de dictar toda la teoría (es una metodología completamente memorística, en la que la repetición es la base del aprendizaje) se sienta a mi lado y me empieza a preguntar cosas de España, por ejemplo temas de agricultura (en gran parte debido a que la unidad de hoy consistía en las semillas y su germinación) o temas más personales, que me han resultado muy curiosos a la par que graciosos, es increíble lo diferente que son nuestras culturas.
Los horarios son de 8:00 (empiezan las clases) a 9:25 (primer descanso hasta las 10:00). De 10:00 a 12:45 (tiempo que tenemos para ir a casa y comer, hasta las 13:45), volvemos a clase y hasta las 15:00, que se acaba la jornada lectiva.







La verdad es que está siendo un día impresionante, los niños/as no han parado de saludarnos, tocarnos, abrazarnos… te llegas a sentir realmente especial, al ver como unos niños/as que viven en estas condiciones, sólo tienen cariño, sonrisas y abrazos que ofrecerte. Son impresionantes. Hemos ido Rubén y yo a ver a los peques, y al vernos se han lanzado al grito de Obroni (blancos) sobre nosotros (una de las sensaciones más especiales que he tenido en mi vida).

domingo, 7 de octubre de 2012

¡Ya estamos aquí!



Finalmente, y tras muchas horas, estamos en Kumasi. Aterrizamos ayer noche en Accra a eso de las 9:00 aproximadamente (hora local, dos horas menos que en España). El continente africano nos recibió con una tremenda tromba de agua. Ilusionadísimos, salimos del avión y entendimos a nuestros amigos que anteriormente habían estado aquí, cuando una bofetada de humedad sacudió nuestras caras (me acordé mucho de Paula). Para ser sinceros, antes de aterrizar nos empezamos a preocupar al ver como por el techo del avión se deslizaba un fina capa de vapor, así como por la zona de la ventilación. Una vez que estábamos casi tocando tierra, Ana y yo le preguntamos al compañero que nos tocó de viaje que si eso era normal. Nos dijo que en África es normal, ya que la cantidad de humedad que existe es muy superior a la del país del que procedíamos, y es necesario ir aumentando la cantidad de humedad dentro del avión, para que la diferencia al salir no sea tan brusca.

Una vez que pisamos tierra firme (tras 5 horas eternas de vuelo aproximadamente), salimos corriendo hacia las instalaciones del aeropuerto para mojarnos lo menos posible. El papeleo que hicimos dentro fue realmente pesado, ya que nos moríamos por salir de allí y tomar conciencia de que realmente estábamos en nuestro destino. Cuando finalizamos, nos dirigimos a la salida donde nos esperaban Nayra y Leo (cooperantes en Ghana) que llevaban allí desde las 7 de la tarde esperándonos. Nos montamos en la famosísima bala plateada, junto con nuestro conductor Mickael que nos llevaría a la casa marista que hay en Accra.

Sin duda fue un viaje en el que todos estábamos muy atentos a lo que nos rodeaba ya que a pesar de la poca luminosidad, podíamos intuir lo que era Accra. Llegamos, cenamos, charlamos durante un buen rato y nos fuimos a dormir. Yo dormí en una habitación a parte, César y Rubén durmieron en la misma. Esta mañana nos hemos levantado, y desayunado a las 5:30 junto con Nayra y otros hermanos de la casa. Tras desayunar juntos, hemos partido rumbo a nuestro destino final, Kumasi. Han sido otras 5 horas de viaje por “carreteras” por las que hemos podido disfrutar de la fantasía del paisaje de estas tierras.

En contraposición, nos hemos topado de frente con la realidad de este continente. Poblados enteros de “chozas” en las que hemos podido intuir la crudeza de la vida africana. 



Finalmente llegamos a Kumasi, donde hemos cambiado parte del dinero, y hemos ido a comprar la tarjeta para el móvil. Los hermanos nos han acogido de manera espectacular y nos han dicho que nos sintamos como en casa. Y realmente es que la casa en la que vamos a vivir esta gran experiencia César, Rubén y yo, es realmente acogedora, y está situada en el mismo recinto que el colegio de prácticas, por lo cual la distancia real hasta nuestro trabajo andando, es de 2 minutos.

Lo siento si he contado todo un poco deprisa, pero es que han sido demasiadas cosas que contar y muy poco tiempo para hacerlo. Para concluir, quiero decir que hoy he visto cosas increíbles, y mañana a las 7:00 tenemos que desayunar para entrar en clase a las 7:30. La verdad es que estamos bastante emocionados por conocer a los niños/as. Espero que sea otro día lleno de emociones.