¡CALAMITY! Es la única palabra que se me viene a la cabeza
para describir el martes.
Por la mañana la clase de 6ºB me demostró (tras la bronca recibida por suspender 10 personas el último examen) que han
cambiado su comportamiento, haciendo que cada clase que doy allí, sea para mi un
auténtico placer. Disfruto e interactúo con ellos, de tal forma que me hacen
ver la parte más bonita de este trabajo: el entendimiento o feeling entre
profesor y alumnos. Salí realmente contento de la clase en dirección a 6ºA para
hacer lo mismo. Aquí las cosas cambiaron considerablemente. La misma lección en la que 6ºB se implicó al máximo, los de
6ºA la emplearon para hablar, dormir encima de los pupitres… según lo que les
apetecía en el momento. Se lo dije, “si queréis que las clases sean así de
serias, sin risas y con el único objetivo de copiar lo que yo diga… lo vais a
conseguir”.
Después de comer tenía que ir a la comunidad de las chicas,
para llevarles unas cosillas para el cole y ya de paso, hacerles un visita.
Llamé a Augustin para que me acompañara. Salimos de nuestra comunidad a eso de
las 15:30. Decidimos ir en Tro-Tro por el tema económico (craso error). Fuimos
a cogerla en plena hora punta, por lo que no salíamos de un atasco y ya
estábamos metidos en otro. Fue realmente pesado. Tardamos como una hora y algo
en llegar a la estación de Tro-Tros, donde se suponía que íbamos a coger un
taxi que nos llevara directos.
Como no, eso tampoco fue así. Llegamos allí (que era una
especie de descampado) y vimos del orden de 5 filas con 20 o 30 personas cada
una, esperando taxis. Por lo que no nos quedo más remedio que cambiar de plan, e
irnos en busca de un taxi a la carretera, o mejor dicho, a la mediana de la misma. A todo esto, se nos puso a
llover. La tarde se estaba poniendo cada vez mejor, teníamos que estar de
vuelta a las 19:15-19:30 y eran las 17:00 y todavía nos quedaba un tramo largo
hasta llegar a la otra comunidad. Estuvimos como 20 minutos por la carretera
buscando un taxi entre la lluvia. Finalmente encontramos uno que nos acercó a
la zona, pero no al sitio exacto… yo iba pensando que Augustin conocía el lugar
por el que llegar a la casa, pero resulta que él iba pensando lo mismo de mi.
Pues bien, cuando nos paró el taxi caminamos durante otros 20 minutos para
llegar a la zona. Una vez allí, a mi me sonaba una de las calles, así que decidimos subir por ella.
De nuevo, no fue una buena idea. Y es que cuando la suerte no está de tu parte…
total, que nos perdimos (guiados por mi). Después de más de 30 minutos dando
vueltas (sin poder llamar a nadie, porque el que no lo tenía apagado, lo tenía
roto) cuando el cansancio y el cabreo se juntaron para dar paso a la
desesperación, apareció como de la nada a mi derecha, la tienda en la que
semanas atrás había estado comprando desodorante. tras ubicarme, fuimos corriendo hasta la casa de las chicas. Llegamos a
eso de las 18:30 (un viaje que se tarda 30 minutos como mucho en hacer, lo hicimos en 2
horas y 30 minutos). Llamamos, estaba en su casa la modista, por lo que las
saludamos, dejamos las cosas que habíamos ido a llevar, descansamos 5 minutos y
nos fuimos.
·
Tiempo de viaje: 2h.30min. aprox.
·
Tiempo de estancia en el destino: 15 min. como
mucho
Nuestra aventura todavía no había acabado, porque como dije
antes, tenía que estar de vuelta sobre las 19:30 para la cena y eran las 19:00 cuando cogimos el
taxi. No pillamos atasco excepto en una rotonda. El taxista decidió dar un
rodeo pesadísimo por caminos de cabras, para evitar el tráfico. Cuando llegué a
casa eran las 19:45, pero afortunadamente no habían empezado a cenar. Cenamos
todos juntos, me duché y me metí en la cama, estaba agotado.
Ahora me entendéis si digo que la tarde fue:
¡¡¡CALAMITY!!!
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