lunes, 5 de noviembre de 2012

Entre monos y cataratas


El sábado nos levantamos mucho antes que el día anterior, (a eso de las 3 de la mañana) para coger el único autobús que pasa por el poblado dirección a Tamale. Cuando subimos, nos encontramos en él a la pareja de españoles que habíamos visto el día anterior en el Mole. Tardamos alrededor de 3 o 4 horas, no lo recuerdo muy bien. Paramos en el cruce que hay entre Larabanga y Tamale (Damongo Junction). Allí esperamos otro rato hasta que pasó una Tro-Tro que nos llevó a coger otra Tro-Tro que nos llevaría a Kintampo a ver las cataratas.

Es un lugar increíble. Dimos un paseo por él, recorriendo los diferentes lugares marcados para ver las diferentes cataratas, pero sin duda la más impresionante fue la última, que tenía bastantes metros de altura. En cierta forma, me recordó al monasterio de piedra que hay en España, aunque mucho más impresionante. Después de ver todo, salimos al exterior donde nos esperaba Nayra con todas las maletas, ya que no quiso entrar porque dijo que siempre que vienen voluntarios van a verlo y que ella ya lo había visto muchas veces.


De ahí marchamos en taxi hasta un área de servicio con restaurante, vendedores… allí cogimos otro taxi que nos llevó hasta el lugar donde están las Tro-Tros. Como podéis comprobar, para moverse por aquí, hay que estar todo el día pendiente de taxis, Tro-Tros, autobuses… pero es que la diferencia económica que supone coger según que transporte, en según que momento, es considerable. Eso sí, no puedes ir a ningún sitio con prisa, porque aquí la vida no está planeada para tomársela así. Como iba diciendo, nos montamos en una Tro-Tro que nos llevó al santuario de los monos. Para llegar hasta allí tuvimos que atravesar caminos de tierra realmente malos.

Llegamos al santuario. La verdad es que el paraje donde nos dejó la Tro-Tro (que nos esperó a que terminásemos de realizar la visita para llevarnos a nuestro lugar de alojamiento esa noche) a mi me recordó enormemente al complejo residencial donde vivían “Los otros” en la serie televisiva “Lost”, pero bueno, esto no es más que un dato gráfico. Una vez allí, Edmon (un hombrecillo de avanzada edad, sin apenas dientes y con cierto aroma a alcohol…) nos dijo que iba a ser nuestro guía dentro del bosque. Nos estuvo explicando que íbamos a poder ver dos tipos de monos, los “Black-White monkeys” y los “Mona monkeys”. No me imaginaba que a 500 metros de la entrada al bosque, íbamos a empezar a ver monos por todas partes. Me encantó esta visita. El lugar era increíble. La fauna y flora eran las propias de un lugar así.

Me resultó muy curioso que mientras estábamos echando fotos a un mono blanco y negro en un árbol aleatorio, nos dijo Edmon que los monos Mona estaban viniendo. Pero no es que estuvieran viniendo, es que cuando nos quisimos dar cuenta estábamos rodeados. Los Mona son mucho más amigables. Bajaban del árbol para coger comida de nuestras manos. Una experiencia increíble. Tengo que decir, que yo iba muy ilusionado a esta visita porque me encantan los monos, pero a diferencia de mis compañeros, los macacos pasaron bastante de mi.








Salimos del santuario cansados, con ganas de llegar al sitio donde íbamos a dormir. Montamos en la Tro-Tro y partimos rumbo a Nkoranza. Una vez allí, fuimos al recinto donde la ONG Hand in Hand trabaja día a día para ayudar y dar un lugar de residencia a personas con discapacidad (normalmente psíquica). El recinto está formado por una serie de casitas, jardines, restaurante, piscina… todo muy acogedor y abierto a la gente que se quiera hospedar allí y con ello colaborar con la causa. Todas estas personas (las cuales están recogidas en un libro con fotos y descripción de la discapacidad, de su comportamiento… ) viven dentro de este recinto. Aquí os dejo un enlace por si queréis ver la labor que llevan a cabo que es realmente de admirar: http://www.operationhandinhand.nl/engels.htm Cuando llegamos allí nos recibieron dos chicas (que luego sabríamos que eran las dos camareras del restaurante) que nos llevaron con una sonrisa en la cara a nuestras habitaciones (realmente acogedoras). Dejamos nuestras mochilas y nos relajamos todos juntos, (después de haber pasado un día en el que no paramos de visitar lugares) tomando algo y cenando en el restaurante.






No hay comentarios:

Publicar un comentario