El lunes fue uno de los días de
colegio más entretenidos que he tenido.
Comenzó como todos lunes,
a las 6:30 de la mañana. Para mi sorpresa, mis chanclas habían desaparecido (y
se de alguien que en este punto, se va a acordar del tema calcetines. Tengo que
decir que no hay de que preocuparse, todavía me queda alguno), no si ni donde
ni cuando, pero ya no estaban. Lo que tuvo como consecuencia que me duchara sin
ellas.
Cuando llegué al cole, las dos
primeras horas tenía clase. Las dediqué a hacer un repaso general de los dos
temas que entran el martes en el examen que les he puesto:
- El ciclo del okro y del maíz
- El ciclo de vida del mosquito.
Tengo que decir que para mi
sorpresa, tanto en una clase como en otra, se portaron bastante bien durante el
repaso. Les expliqué que esa clase la daba para intentar ayudarlos de cara al
martes y creo que lo entendieron y me respetaron bastante. Tras acabar las dos
primeras horas de clase, estuve haciendo la programación de la semana en el
libro del profesor. Cuando acabé se lo fui a llevar al director. Al volver a
clase tenía una pila de cuadernos de Science para corregir, por lo que me puse
manos a la obra. Acabé prácticamente para el cambio de clase.
Al pasar por la sala de
profesores de camino a 6ºA, me encontré con Rubén y me quedé con él haciendo mi
examen y ayudándole a corregir los exámenes de matemáticas que había hecho esa
mañana. Acabamos prácticamente a la hora de comer, por lo que nos fuimos de
vuelta a casa. Después de comer, la clase de Science resultó igual de bien que
en la otra clase. Únicamente apuntar la interrupción de la clase debido a la
aparición de un hombre ghanés que me empezó a hablar en cubano y me moría de la
risa.
Por la tarde fuimos a dar una
vuelta en busca de repelente de mosquitos, pero nos equivocamos de farmacia,
por lo que nos tocó coger un taxi para ir hasta la otra. El taxista, al
preguntarle el precio, me dijo 70 pesewas con una medio sonrisa en la cara que
significaba: vale 50, pero si cuela… así que le dije que no nos timara que eran
50. Cuando llegamos a la otra farmacia yo me fui en busca de unas chanclas
nuevas (me costaron 2 ghanas sin posibilidad de regateo, ya que la señora no
hablaba inglés y es más, tampoco hacía por entendernos). Después de comprar lo
que habíamos ido a buscar, nos comimos una salchicha picante que hacía mucho
que no lo hacíamos.
Al llegar a casa, Nayra había
preparado un delicioso pollo a la cerveza al estilo español para cenar. Al
acabar, Anina y yo estuvimos improvisando canciones; ella tocaba y yo cantaba.
La verdad es que nos reímos mucho e hicimos tiempo hasta las 9 que era la hora
a la que el hermano Augustin (el director del cole) nos había citado en la sala
de ordenadores.
Nos dijo que estaba muy contento
con nuestro trabajo hasta el momento. También nos estuvo explicando como
teníamos que rellenar el libro del profesor (la programación semanal). Tras
concluir me fui a dormir.
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